domingo, 25 de mayo de 2014
EL ALMENDRO EN FLOR
Ella. En la madurez se aferra a una vida sencilla y solitaria, pero no carente de días de sol y alegría. Como sombra, él, la rodea con sus brazos transparentes, invisibles a los ojos ajenos, dándole protección y abrigo.
Él se introduce en su coche. Ella no se sabe acompañada. Van juntos en este viaje, pero no es el primero, ha habido otros, quizás muchos... Al final del trayecto, él no le deja cerrar las puertas. Ella se enfada, quiere abandonarle, perderle. No entiende porque la sigue.
Mientras ella prepara la cena, su sombra, detrás de ella sin abandonarla ni sólo instante, vela por acercarle la rama del almendro en flor. Ella le sabe, él sigue con ella, incansable, con infatigable paciencia. Cálidamente la rodea con sus brazos, facilitándole los frutos de la alta rama, del hermoso árbol que se encuentra detrás de ellos. La comunión se hace posible.
Por: Isabel Comes
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